BITÁCORA

DÍA 1 • 19/02/2018

Comienza el Desafío

Desde hoy y por los próximos 19 días intentaremos hacer cumbre en la montaña más alta de América, el Aconcagua...Nuestro desafío, escalar 6.962 mts. y llevar a la cima la bandera de los Juegos Olímpicos de la Juventud.

Nuestra travesía comenzó en Los Penitentes, pasamos la noche en un hotel y al día siguiente, nos trasladamos en camionetas hasta el ingreso al Parque Provincial Aconcagua, donde la altura es de 2.950mts sobre el nivel del mar. Una vez pasados los controles y permisos que los Guardaparques solicitan, iniciamos el trekking de aproximación; sólo llevamos con nosotros una mochila liviana con unos pocos elementos. El resto del equipo es trasladado en mulas.

Luego de tres o cuatro horas de caminata suave, con un nivel de dificultad medio por un sendero zigzagueante de montaña a la vera del valle del río Horcones, llegamos todos con buen estado físico a Confluencia, la primera posta de la Ruta Normal con una altura de 3.390 mts. Este lugar recibe su nombre, porque en ese sitio, se unen los ríos Horcones Superior y Horcones Inferior. La naturaleza nos sorprende; estamos maravillados con los colores de los minerales en la roca, el contraste de texturas y los picos nevados.

El grupo está súper unido y no faltan los chistes de parte de Fabricio Oberto y Julián Weich. Nos sorprendimos mucho de Silvio Velo quien sube con un guía exclusivo que camina delante él y se adaptó a la perfección. Pablo Giesenow, se unirá con nosotros en Plaza de Mulas, ya que está haciendo un trabajo de aclimatación más gradual en Las Cuevas y el Cristo Redentor.

Seguimos adelante!!!

DÍA 2 • 20/02/2018

Aclimatándonos

Ayer, una vez instalados en el campamento, nos han realizado un control médico obligatorio y se decidió que Elisa Sampietro de Forti realice una aclimatación más gradual que el resto del grupo, por lo tanto se quedará en Confluencia un día más, acompañada de su nieto Lihuel y de un guía de la expedición para continuar hacia Plaza de Mulas.

Luego de un buen desayuno, emprendemos el segundo día!!

Tomamos un pequeño desvío para llegar a los 4.050 mts. y conocer Plaza Francia, el mirador de la Pared Sur. La caminata de ida y la vuelta hacia Confluencia es de aproximadamente 6/7 horas con dificultad media, la debemos realizar por la famosa e impactante Pared Sur del Aconcagua, la cara más vertical de la montaña y una de las rutas más peligrosas para escalar.

Acá el frío y la altura se comienzan a sentir; caminar por la montaña transitando los glaciares que dan origen al Río Horcones Inferior es impactante, ya entendemos porque lo llaman El Mirador, es un real espectáculo de paredes de hielo y picos nevados.

La caminata fue más extensa y requiere un esfuerzo físico mayor ya que se presentan las primeras pendientes, pero es fundamental no aflojar y aclimatarse gradualmente a la altura.

Se va sintiendo como dejamos las individualidades de lado y empezamos a vivir el trabajo en equipo.

El que más nos sorprendió fue Silvio Velo, quien sin nada de experiencia en actividades de montaña, arribó a la zona de encuentro tan sólo 10 minutos más tarde que el resto del equipo, algo totalmente récord para una persona que carece de visión.

El día termina y mientras el aire comienza a escasear, el espíritu de equipo se empieza a sentir cada vez más fuerte!!

DÍA 3 • 21/02/2018

La primera gran prueba

Hoy la jornada comenzó muy temprano, 6.30am ya estábamos en movimiento caminando en caravana. Nuestro desafío del día es alcanzar los 4.350 mts., que nos dejarán en Plaza de Mulas, el primer campamento de la ruta normal situado en la base del Aconcagua!!

El camino comienza atravesando el río Horcones por un pequeño puente para ingresar a Playa Ancha, un ancho valle desértico, monótono y ventoso. El primer descanso para comer algo e hidratarnos lo hicimos en Piedra Ibáñez, a 3.790 mts. sobre el nivel del mar.

Al finalizar Playa Ancha, el terreno cambia; la quebrada se angosta y el sendero comienza a trepar pendientes pronunciadas que se hacen sentir. Como telón de fondo se observa el Cerro Cuerno y el Glaciar de Horcones, en cuya base se encuentra Plaza de Mulas. Pero para llegar a nuestro destino del día el camino sigue por varias horas hasta sortear la temible Cuesta Brava, una pendiente bastante pronunciada donde se hace un ascenso continuo; aquí hubo una dificultad extra ya que los días anteriores hubo un alud de barro que borró totalmente la huella por donde caminan los montañistas. Esto implicó que tuviéramos que utilizar huellas alternativas que no estaban muy estables, dificultando el equilibrio y haciendo más difícil el ascenso.

El primero del equipo en llegar a Plaza de Mulas fue Pablo Giesenow, quien venía de hacer una aclimatación más gradual en el Cristo Redentor; el resto de nosotros llegó alrededor de las 15hs luego de 9 horas de caminata extensa. Cuarenta minutos después llegó Silvio Velo junto a su inseparable guía, Guillermo Fuentes.

Fue un ascenso exigente, ahora es momento de hidratarnos, comer, descansar y realizar un chequeo médico obligatorio, porque este desafío continua y hasta llegar a la cima no paramos!!!

DÍA 4 • 22/02/2018

Día de descanso para recargar pilas

Hoy nos enteramos que las autoridades del Parque Nacional Aconcagua que están asentadas en la localidad de Confluencia le prohibieron continuar el ascenso a Elisa y le indicaron que debía regresar a Penitentes. Teníamos planificado que Elisa, Lihuel y Erman (el guía) partirán muy temprano en la mañana para llegar a la tardecita a Plaza de Mulas. Por suerte, ella se encuentra muy bien de salud y acompañada por su nieto Lihuel y la gente de Grajales.

Lamentamos mucho no contar con Elisa; luego de ocho meses de entrenamiento y reuniones, logramos generar un vínculo especial con todos, era la madre y abuela de varios, y una excelente compañera y amiga. Pero sabemos que nos está enviando todas las buenas energías para lograr el objetivo. Te queremos Elisa!!!

Nuestro día, a pesar de esta noticia, comenzó muy bien con un abundante desayuno, súper necesario luego de la agotadora jornada de ayer. Más allá del cansancio físico, estamos muy bien de salud, todos pasamos el control médico obligatorio de las autoridades del Parque.

Tenemos jornada de descanso en Plaza de Mulas, para seguir aclimatándonos. Los paisajes nos siguen deslumbrando. Las temperaturas son bajas por la noche y los cambios climáticos son repentinos y abruptos, pero ya nos estamos acostumbrando.

A la noche, nos han dado una buena inyección de energía, luego de cenar nos tenían preparado un video con saludos de nuestra familia y amigos que nos daban fuerzas para seguir y pedían que no aflojemos hasta llegar a la cima!

DÍA 5 • 23/02/2018

La mejor vista del Aconcagua

Con la mente y el cuerpo descansados, hoy nos levantamos con un nuevo objetivo: alcanzar los 5.004 mts.!!! Y con este logro, nos llevamos de regalo la mejor vista del Aconcagua...las montañas que componen el anfiteatro del Glaciar Horcones Superior llamado Cerro Bonete.

Es una ascenso de aclimatación de 5/6hs. sin grandes dificultades técnicas, pero que nos ayuda a no perder el entrenamiento y activar todos los mecanismos de aclimatación. Y sin duda, nos permite apreciar una vista impactante de la Pared Oeste del Aconcagua y de los Andes Centrales.

Luego de un desayuno abundante, emprendimos el ascenso. Fuimos todos menos Pablo Giesenow, Peter Czanyo, Silvio Velo y Julián Weich, quienes decidieron quedarse aclimatando un día más en Plaza de Mulas realizando una actividad de estiramiento suave.

El trekking al Bonete duró finalmente 6 hs. y en cada paso que dábamos sentíamos cada vez más la falta de presión de oxigeno por estar a más de 5.000mts. sobre el nivel del mar; por suerte todos nos encontramos muy bien de salud.

Una vez que todo el grupo llegó a la cima nos fundimos todos en un fuerte abrazo de equipo que simbolizó el logro de coronar nuestra primera cumbre juntos!! Desde aquí se puede ver la pared Oeste del Aconcagua...La cima está cada vez más cerca, ya empezamos a visualizar nuestros pasos por el gigante de América.

Cuando retomamos el camino para dirigirnos a Plaza de Mulas comenzó a nevar muy fuerte, pero todo mejoró al llegar al campamento ya que los compañeros que se encontraban allí nos estaban esperando con comida y bebidas calientes…viva el espíritu de equipo!!.

A última hora de la tarde el grupo fue convocado a una de las carpas. Estábamos todos los miembros del equipo y del staff acompañante. Allí, Paula Pareto, nuestra abanderada del proyecto, hizo entrega de la bandera de los Juegos Olímpicos de la juventud Bs. As. 2018 a los atletas Fabricio Oberto y Silvio Velo quienes tomaron las posta y harán que esta bandera flamee en la cima del Aconcagua.

DÍA 6 • 24/02/2018

Descanso y despedidas

Hoy regresaban a Buenos Aires dos miembros del equipo: Paula y Marco Pareto quienes tenían compromisos previamente acordados al comenzar este desafío.

Temprano por la mañana salimos de nuestras carpas para esperar a que aterrizara el helicóptero que los llevaría a Horcones para luego ser trasladados en vehículo hasta el aeropuerto de Mendoza. Estaba estipulado que el traslado se realizaría ayer por la tarde pero debido al mal tiempo y la fuerte nevada, no se había podido efectuar. Cuando estábamos todos desayunando en la carpa comedor, uno de los guardaparques se aproximó al grupo para contarnos que el helicóptero había llegado hasta Playa Ancha pero debió regresar a Horcones debido al intenso viento.

Si bien el día estaba soleado los hermanos Pareto decidieron no arriesgarse y comenzar el descenso desde Plaza de Mulas hasta Horcones a pié. También se sumaron al equipo de retornantes dos integrantes más: Augusto (un miembro de staff de Summit Aconcagua sumamente querido por todo el grupo) y nuestro camarógrafo estrella Diego Mendizabal quien hizo un increíble trabajo a pesar de venir luchando contra el mal de altura desde que llegamos a Plaza de Mulas.

Muchas gracias a estos cuatro increíbles miembros del equipo, los vamos a extrañar!!

Luego de las despedidas, los expedicionarios que habían escalado al Cerro Bonete en el día ayer se entregaron a un merecido descanso programado. Por su parte, Pablo Giesenow, Peter Czanyo, Silvio Velo y Julián Weich (todos ellos habían descansado ayer) fueron a hacer un trekking en altura a través del camino que conduce desde el campamento base hasta Plaza Canadá.

Hicieron una caminata sobre sendas muy bien marcadas para alcanzar un monótono pedrero de rocas pequeñas conocido como Piedras Conway a 4.750 mts. sobre el nivel del mar. Descansaron, se hidrataron y regresaron al calor de sus carpas en Plaza de Mulas. El frío no afloja y cada vez se siente más.

Mientras estábamos reunidos en el campamento nos enteramos que a las 19:30 hs., y luego de una caminata a paso rápido y con muy poco o nulo descanso, los hermanos Pareto, Augusto y Diego habían llegado a Horcones. Desde allí continuaron el trayecto en camioneta hacia la ciudad de Mendoza donde pasarían la noche en un hotel y, al día siguiente, abordarían el avión de regreso a Buenos Aires.

DÍA 7 • 25/02/2018

Cuenta Regresiva

Hoy es el primer paso en el camino hacia la cumbre…Comenzó la cuenta regresiva para el equipo de Summit Aconcagua!!!

El objetivo del día es ascender al primer campamento de altura en Plaza Canadá a 5.050 mts.. Este ascenso, muy útil para la aclimatación, nos servirá también para transportar parte del equipo y provisiones, así cuando subamos para realizar el ascenso final a la cumbre, cada persona cargue sólo con su equipo personal.

Este paso es una prueba de fuego que, al exigirnos, nos permitirá medir y ver en qué condiciones estamos para alcanzar la cumbre.

Partimos todos desde Plaza de Mulas (tenemos por delante unas 4/5 horas de caminata) por una senda zigzagueante que continúa en una pendiente empinada hasta desembocar en un paso estrecho entre bandas rocosas conocido como “El Semáforo”, a 4.550 mts. de altura sobre el nivel del mar.

El sendero continúa sobre unas sendas muy bien marcadas que nos llevan a un monótono pedrero de rocas pequeñas conocido como Piedras Conway, homenaje al alpinista inglés William Martin Conway, que intentó escalar el Aconcagua en la década de 1890. Este lugar forma una protección que nos ofrece una buena protección contra el viento y un gran lugar de descanso.

Pasando esas piedras el ascenso continúa con una travesía hacia el Noroeste hasta llegar al pie de una gran saliente rocosa. La caminata no se detiene y sigue hacia el Oeste hasta alcanzar una diagonal ascendente hacia la izquierda que conduce hasta un pináculo rocoso que forma el portezuelo de Plaza Canadá.

Cada logro, cada meta alcanzada, es un gran festejo para nosotros. Nos abrazamos, reímos, nos tomamos fotos para dejar un recuerdo gráfico de este desafío. Contemplamos la inmensidad del paisaje y el recorrido realizado. Plaza de Mulas se va muy pequeña y sus habitantes que, en lugar de montañistas caminando con sus mochilas en la espalda, parecían hormigas transportando sus cargas.

Luego de una hora descansando en el lugar, comenzamos el descenso y regresamos a la comodidad del campamento en Plaza de Mulas. El agotamiento se comienza a sentir y ya se advierte que mañana será el primer filtro gran que hará la montaña. Por como viene el itinerario, está previsto para el lunes un día de descanso total y, a partir del martes, comenzará el ascenso interrumpido hasta la cumbre.

DÍA 8 • 26/02/2018

Merecido Descanso

Último día de descanso en Plaza de Mulas y una recompensa por el gran esfuerzo efectuado en el día de ayer.

Estamos todos muy cansados luego del porteo realizado a Plaza Canadá. Pablo Giesenow tuvo que sortear muchas dificultades; fue duro el descenso para él ya que le cuestan mucho las bajadas debido a la biomecánica de sus prótesis. Pero es un Titán que no afloja!!

Desayunamos temprano y luego algunos fueron al domo a estirarse un poco, hacer yoga o jugar al futbol con una pelota gigante. Otros volvieron a sus carpas para leer, mandar mensajes a su familia o simplemente quedarse tranquilos recuperando energías en las bolsas de dormir.

Al final del día, Fabricio Oberto nos dio la noticia que ya no continuaría con el ascenso; había encontrado su cima en Plaza Canadá. Hacía un par de días que venía esforzándose para seguir el ritmo del grupo y ya estaba sintiendo una gran fatiga muscular. Su gran estatura (2,08m.) hace que para él los movimientos sean mucho más complicados que para el resto; además su cuerpo necesita mucho mas consumo de oxígeno debido a su gran masa muscular. La noticia nos cayó como un balde de agua fría; todos sabíamos que nos estábamos quedando sin un integrante muy importante por su carisma, humor y humildad.

Mañana llega el día tan ansiado, el día del ascenso!! Subiremos a Plaza Canadá, donde pasaremos la noche, para luego continuar subiendo a los campamentos de altura con destino a la cumbre. Ya no bajaremos mas a no ser que alguien se descompense o cuando regresemos de haber cumplido nuestro desafío de alcanzar la cumbre del América!!

DÍA 9 • 27/02/2018

Más despedidas

Luego de varios meses de preparación física y mental, de pasar 8 días aclimatándonos en la montaña realizando ascensos y descensos estratégicos para acostumbrar nuestro cuerpo a la falta de oxigeno, llegó el día tan ansiado; desde hoy ya no se baja más. A partir de ahora es todo para arriba, hasta la cima!!

Ayer por la noche, vivimos uno de los momentos que más nos conmocionaron hasta ahora: dos de los integrantes del equipo pidieron la palabra para comunicarnos que no continuarían con la expedición. A la decisión de emprender el regreso de Fabricio Oberto se sumaron Pablo Giesenow y Fernando Marino.

Pablo venía haciendo un esfuerzo sobrehumano en los descensos debido a que la biomecánica de sus prótesis no estaba preparada para ello. Él siempre estuvo muy bien aclimatado y en perfectas condiciones físicas y mentales.

Todo el equipo era consciente del empeño que ponía Pablo; Ulises Corvalán, el guía líder de la expedición, siempre tuvo la seguridad que él llegaría sin problemas a la cumbre, por la fuerza y decisión que siempre le venía poniendo a este desafío.

La noticia era algo que todos intuíamos, pero que nadie quería decir en voz alta. Ésta era la primer experiencia de montaña en toda su vida y había elegido hacerla nada más y nada menos que en el Aconcagua! Todo fue nuevo para Pablo, es más, cuando comenzó su aclimatación diferencial en el Cristo Redentor, había sido la primera vez que dormía en una carpa y bolsa de dormir.

Con respecto a Fernando, el miembro número 12 del grupo quien había sido seleccionado en el mes de diciembre entre muchísimos aspirantes a acompañar a la expedición mediante un concurso realizado en la página web de Summit Aconcagua. Él estaba en inmejorables condiciones físicas y psicológicas para llegar a la cima. Fernando es un ex combatiente de Malvinas que a su regreso de la guerra se dedicó a correr maratones en todo el mundo difundiendo un mensaje de Paz. Todos poníamos las fichas en él.

La triste noticia que nos compartió, y que era el motivo por el cual no continuaba con la expedición, fue que su madre había fallecido unos días atrás y ahora sentía que su lugar debía estar con sus familiares.

Cuando llegó a Plaza de Mulas (el cuarto día de la expedición) había recibido la noticia de que su madre había fallecido. Como no quería afectar la moral del grupo, lloró solo y en silencio la muerte de su madre durante 4 días. Recién ayer, cuando llegó al campamento de Plaza Canadá para hacer el porteo del equipo técnico, comprobó que el grupo estaba bien consolidado y unido como un gran equipo. En ese momento se dio cuenta que ésa sería su cumbre y que de ahí en más debía estar con su familia; su lugar era en La Plata y no en la montaña.

Cuando Fernando terminó de hablar, las emociones estaban a flor de piel para todos los integrantes de Summit Aconcagua. Reunidos en un gran abrazo junto a Pablo y Fernando, les trasmitieron todo su orgullo a estas dos grandes personas. Fue un momento muy emotivo; otro instante en la montaña en el que hubo lágrimas, abrazos y palabras de contención y admiración.

Hoy la montaña nos recibió con un día radiante. Nos reunimos en la carpa-comedor para tomar el desayuno todos juntos antes que partieran Pablo, Fernando, Fabricio y Hugo (miembro del staff de Summit Aconcagua) a quien le había afectado la altura el último día.

Luego de los abrazos y despedidas nos dirigimos con nuestras mochilas a cuestas hacia el próximo destino: Plaza Canadá. Será el primer campamento de altura rumbo a la cumbre del Aconcagua. La ruta ya nos es familiar; el domingo habíamos realizado un porteo a este campamento para dejar nuestro equipo técnico y las provisiones que necesitaríamos para continuar nuestra subida a los campamentos de altura siguientes.

A las 17:00hs., llegamos a Plaza Canadá. Estamos muy cansados pero muy bien física y mentalmente. Descansamos, nos hidratamos, comimos y nos fuimos a dormir temprano para recuperar fuerzas con el objetivo de estar en condiciones de continuar con nuestro ascenso planificado para al día siguiente.

Ésta será nuestra primera noche durmiendo a 5.050 mts. de altura sobre el nivel del mar. Nieva copiosamente y el frío se siente hasta en los huesos; el aire es muy finito y la respiración muy agitada pero todo esto no impide que quedemos atónitos observando la inmensidad del cosmos que nos regala una danza de estrellas nunca antes vista.

De los once participantes que iniciaron esta expedición continúan ascendiendo: Silvio Velo, María del Pilar Pereyra, Julián Weich, Ezequiel Baraja, Alvaro Casillas y Peter Czanyo. Del Staff de Summit Aconcagua siguen con el grupo Alejandra Hintze y Santiago Arce (médicos de la expedición) y Pinky Zuberbhuler (nutricionista). Todos ellos se encuentran siempre acompañados, por supuesto, por los guías de la empresa Grajales Expeditions: Ulises Corvalán, Herman Kneeteman, Gilda Isoardi y Guille Fuentes (el inseparable guía de Silvio Velo).

Mañana nos espera un día largo y agotador ya que caminaremos con las mochilas completas sumando unos 18 a 22kgs.

DÍA 10 • 28/02/2018

Cada vez más cerca

Dejamos atrás Plaza Canadá para continuar hacia Nido de Cóndores, el segundo campamento en altura, situado a 5.560 mts. sobre el nivel del mar.

Salimos de Plaza Canadá alrededor de las 11:00 hs. de la mañana. El recorrido comenzó con una larga diagonal ascendente seguida por un sendero que termina en una prominente roca conocida como La Piedra. Desde acá continuamos por unos caminos zigzagueantes que nos llevaron hasta una pequeña meseta llamada Cambio de Pendiente a 5.300 mts. de altura. Allí hicimos un alto en el trekking para comer algunos snacks, hidratarnos y, sobre todo, descansar un poco.

Al retomar la caminata, comenzó una tormenta de nieve con fuerte viento que nos dificultó bastante el ascenso. Si bien fuimos precavidos y nos pusimos nuestras botas dobles, que son impermeables y retienen la temperatura, éstas son mucho más pesadas que un calzado de trekking normal y sumado a la nieve que se acumulaba a cada paso que dábamos, cada movimiento nos demandó un doble esfuerzo.

El que más sufrió con las botas dobles fue Silvio Velo: para una persona no vidente es muy importante sentir donde coloca la pisada; sin embargo, la estructura de estas botas le impide tener todo tipo de sensibilidad en los pies. A pesar de ello continuó ascendiendo al ritmo de todos y, como siempre, no emitió ninguna queja ni comentario negativo alguno. Tal como lo viene haciendo desde que nació, Silvio sigue adelante a paso firme sorteando todos los obstáculos que van apareciendo en su camino.

Finalmente, y luego de 6 horas de caminata intensa bajo una gran nevada, arribamos al campamento de Nido de Cóndores, que está formado por llamativas rocas en forma de picachos torneados. Cuando comenzamos el trekking, sabíamos que nos esperaba un día muy duro de caminata desde el campamento de Canadá, pero nunca imaginamos que iba a ser tan agotador.

Llegamos cansados, mojados y deshidratados, pero felices por haber sorteado exitosamente la travesía más difícil que se nos había presentado hasta el momento. Tuvimos la sensación que habíamos superado una prueba muy exigente que nos había puesto el Aconcagua. Sentimos que la montaña nos había aceptado y que a partir de ahí se nos allanaría el camino a la cumbre del techo de América.

Nuestros guías (Ulises, Herman, Gilda y Guille) nos acompañaron a nuestras carpas, nos prepararon bebidas calientes y nos insistieron en la hidratación, pero estábamos tan cansados que hasta sentados nos quedábamos dormidos. Estos increíbles guías son cuatro ángeles que nos cuidan en todo momento; no tenemos palabras para agradecer todo lo que hacen por nosotros, tanto a ellos, como a la empresa Grajales Expeditions.

Después de la cena empezamos a sentir el agotamiento. En ese momento Ulises, quien nos venía observando detenidamente desde que llegamos, tomó la decisión de posponer un día el itinerario de ascenso de modo de quedarnos mañana todo el día en Nido de Cóndores para alimentarnos, hidratarnos y recuperar fuerzas. Nadie dijo una palabra pero todos sonreímos y agradecimos en silencio. Ahora a dormir temprano y descansar lo más que podamos.

DÍA 11 • 01/03/2018

Recuperando energías

Ayer fue un día muy duro; el ascenso a Nido de Cóndores fue más arduo de lo que pensábamos y las intensas nevadas hicieron que la caminata resultara muy dificultosa.

La decisión de quedarnos un día más en este campamento fue muy difícil de tomar para los guías. Esto implica que si el físico y el clima nos acompañan llegaríamos a la esquiva cumbre el día sábado 3. De atrasarse todo un día más deberemos emprender el descenso ya que el pronóstico indica mal tiempo para los días siguientes.

La altura se siente en nuestra cabeza y en nuestros cuerpos. Cuanto menor es la presión atmosférica más baja es la presión de oxígeno y a más de 5.000 mts. la presión atmosférica es la mitad de la que hay a nivel del mar. Nosotros estamos a 5.560 mts.

Hay varias cosas que debemos hacer para recuperar energías: beber antes de tener sed, comer antes de tener hambre, abrigarse antes de tener frío y descansar antes del agotamiento. La altura exige una adaptación de todo el organismo.

Nido de Cóndores es un lugar increíble; es un mirador natural que parece querer retribuir al montañista el esfuerzo de haber llegado hasta acá. Al Este se pueden ver los valles centrales de Los Patos y Barreal; al Norte, las impresionantes moles del Cordón de la Ramada, dominadas por el Mercedario; al Oeste el Catedral, el cordón limítrofe y el valle de Chile; y al Sur el increíble espectáculo de la inmensidad: el Gran Acarreo y las cumbres Norte y Sur del Aconcagua.

Ahora a prepararnos para el siguiente ascenso y llegar al último campamento llamado Plaza Cólera a 5.970 mts. de altura. Antes de atacar la cumbre uno puede hacer noche en los campamentos de Cólera o de Berlín (ambos están a la misma altitud); nuestros guías consideraron que Cólera era el más indicado para nuestra expedición.

DÍA 12 • 02/03/2018

El último campamento

El día de descanso que nos tomamos ayer en Nido de Cóndores para recuperar fuerzas, fue fundamental para que pudiéramos encarar con energía renovada el ascenso al último campamento de altura antes de la cima, situado en Plaza Cólera a 5.970 mts.

Temprano por la mañana, luego de desayunar y desarmar nuestras tiendas, iniciamos la ascensión que nos demandará alrededor de 4/5 horas. Este recorrido es bastante más corto que el anterior, pero en donde tendremos que poner todo nuestro esfuerzo debido a las características de este tramo de la ruta y, sobre todo, debemos tener en cuenta los efectos de la altura que provocan y dificultad respiratoria y lentitud de movimientos.

Comenzamos la travesía por el tramo Superior de la Ruta del Valle Guanacos. La senda continúa en un camino ascendente hacia el este, hasta ganar una serie de zigzags que unen los distintos premontorios rocosos. El paso se vuelve decididamente más lento; sin embargo la vista nos maravilla volviéndose cada vez más espectacular a medida que observamos por debajo la mayoría de las cumbres cercanas.

Continuando la ardua caminata, arribamos a otro punto distintivo de la ruta: El Balcón Amarillo, situado a 5.800 mts de altura. En este espectacular lugar de formación rocosa; nos tomamos nuestro último y merecido descanso antes del último esfuerzo.

Siguiendo el trayecto nos dirigimos hacia el este y luego de un par de curvas, nos encontramos de frente con la diagonal que nos conduce a un escalón rocoso de tonalidades amarillas; esta senda es la que nos llevará a Plaza Cólera, un lugar estratégicamente situado por su altitud y reparo de los vientos.

Finalmente, y después de mucho esfuerzo, llegamos al tercer campamento!! Los primeros en llegar tardamos aproximadamente unas 5 horas, mientras que el último grupo lo hizo en 8 horas. Fue otra jornada durísima debido a la dificultad de caminar sobre la nieve acumulada por los temporales de los días anteriores y, a esto, se sumó la nevada que comenzó a caer durante la última parte del trekking.

Ni bien llegamos, al igual que los días anteriores, nos fuimos a nuestras carpas donde nos alimentamos y nos hidratamos; nuestros guías nos chequearon individualmente y advirtieron un gran cansancio en muchos de nosotros. Peter, Pily, Silvio y el Dr. Santiago Arce llegaron extremadamente cansados. Silvio, desde los tramos anteriores venía realizando el doble de esfuerzo que el resto de nosotros ya que la característica rígida de sus botas plásticas de montaña le impedía sentir donde pisaba.

Ya instalados, desde la entrada de la carpa podemos observar las inolvidables vistas que nos regalan los Andes Centrales. Nos parece increíble que en este sitio estemos levantando nuestro último campamento de altura.

No nos quedan muchas horas de sueño y hay que recuperar energías. Mañana nos espera el día más largo y difícil de toda la expedición: una marcha ininterrumpida de 10 horas hacia la cumbre. Antes de dormir los guías nos dieron las recomendaciones finales para asegurar el mayor éxito hacia nuestro objetivo ya que mañana será el último día de ascenso. De no llegar a la cumbre mañana regresaremos a la base y la expedición habrá terminado.

DÍA 13 • 03/03/2018

Nuestro camino a la cima

Normalmente en un día como éste (día de cumbre) los montañistas se levantan entre las 2 y las 3 de la madrugad pero ayer habíamos llegado tan cansados del trekking que Ulises Corvalán y los demás guías decidieron que saliéramos hacia la cumbre a las 6 de la mañana, para tener más horas de sueño.

Por un lado, esta decisión nos permitió recuperar fuerzas ya que pudimos dormir 4 horas más pero ello también implicó que llegaríamos a la cumbre por la tarde y no tendríamos muchas horas de luz para descender al campamento de Plaza Cólera, donde estaba previsto que pasaríamos la noche.

Cuando nos despertamos, tuvimos la noticia que la intensa nevada de la noche anterior había dejado 80 cm. de nieve sobre el camino que debíamos recorrer rumbo a la cumbre. Esto demoraría considerablemente nuestra marcha y nos sacaría las pocas energías que nos quedaban.

De los miembros del equipo de Summit que continuamos con este desafío, sólo Ezequiel Baraja, Julián Weich, Álvaro Casillas y Pinky Zuberbuhler estaban en buenas condiciones de encarar el ascenso a la cumbre. Peter, Pily, Silvio y Santiago decidieron que Plaza Cólera había sido su cumbre; no se habían podido recuperar totalmente del forzoso ascenso de ayer, por lo que decidieron que se quedarían todo el día en el campamento.

Todos ellos habían realizado un esfuerzo increíble para llegar al tercer campamento, pero el cuerpo no los acompañó. Nos da mucha lástima que Silvio no pudiera continuar, porque tenía fuerzas y cabeza suficiente para llegar a la cumbre. Sin embargo, en su caso, el tema era la falta de adaptación a sus botas dobles.

Entonces, a las 6 de la mañana, Ezequiel, Julián, Álvaro, Pinky junto al resto de los guías partieron por la senda que asciende entre formaciones rocosas hasta alcanzar una zona de rocas de formas caprichosas y muy claras, conocidas como Piedras Blancas, a 6.060 metros de altura. Aquí la senda se monta sobre el filo Norte, hasta alcanzar un pequeño paso hasta el cual se accede a la ladera noreste de la montaña.

Luego de 5 horas de caminata en ascenso llegamos a los 6.380 metros y a uno de los puntos clave del día, el Refugio Independencia. A este ritmo ya estabamos considerablemente atrasados en nuestro itinerario pero igualmente hicimos una parada para corroborar las condiciones generales y nuestra reserva de energía para afrontar los tramos finales. En este tramo, la decisión de continuar debe ser bien meditada.

Así fue como Alvaro y Pinky decidieron no continuar el ascenso y bajar al campamento de Plaza Cólera acompañados por Herman, uno de nuestros guías. Ezequiel, Julián y los guías Ulises Corvalán y Guillermo Fuentes siguen con paso lento pero firme rumbo a la cumbre.

Cuando llegamos a Portezuelo del Viento, debemos enfrentar vientos muy fuertes lo que provoca una baja en la sensación térmica. El terreno, en algunas ocasiones suele tener planchones de nieve helada, incluso de hielo, lo que hace imprescindible el uso de grampones (y a veces piqueta). La pendiente no supera los 30 grados, pero un resbalón en uno de estos planchones a esta altura puede darnos serios daños físicos.

La travesía nos conduce a una diagonal mucho más empinada y esta a su vez nos lleva hacia la base de La Canaleta, un canal de 300 mts. que nos conduce a los 6.650 metros de altura. Continuamos el recorrido por sendas con bastante pendiente que recorren la montaña en su extremo oeste, muy cerca del paredón rocoso. Este paredón comienza a estrecharse hasta desaparecer en el acarreo. Aquí se progresa ligeramente a la derecha en terreno empinado y con rocas sueltas.

Cuando llegamos al Filo del Guanaco, podemos observar directamente bajo nuestros pies los 3.000 mts. de hielo y roca verticales de la Pared Sur del Aconcagua, considerada una de las paredes más grandes del mundo. En este punto la altura es de 6.800 metros y la cumbre es visible al este, justo al final de esta travesía.

Aquí el agotamiento debido a la disminución en la cantidad de oxígeno llega a su punto crítico,; estamos extremadamente cansados. Los pasos comienzan a volverse lentos y necesitamos hacer cortos descansos para relajar nuestras piernas y recuperar el pulso. Nos damos cuenta que es acá donde se pone a prueba todo nuestro trabajo físico, de aclimatación y mental para enfrentarnos con este gran esfuerzo.

El camino sigue por los últimos metros de la travesía del Filo del Guanaco y asciende por un pasillo muy rocoso que contornea la cumbre hacia el norte. Finalmente, a las 19.10 hs. Ezequiel, Julián, Ulises Corvalán y Guillermo Fuentes, nuestros cuatro superhombres, llegaron a la cumbre de la montaña más alta de América!!!

Logramos conquistar la cumbre del Aconcagua, superando todos los desafíos que la montaña nos ha impuesto. Estamos a 6.962 metros de altura con una vista de 360º donde sentimos que podemos tocar el cielo con las manos.

No se puede explicar con palabras la emoción de saber que pudimos concretar nuestra misión de llevar a la cima del Aconcagua la bandera de los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018. Este desafío de equipo que queda concretado en Ezequiel, Julián, Ulises y Guillermo, pero atrás estuvieron empujando la Peque, Oberto, Silvio, Pilar, Elisa, Alvaro, Peter, Pablo, Fernando, Pinky, Santiago, Ale, Augusto, Mathé, Dieguito, Matías y tantos otros. También el objetivo buscado era llevar a lo más alto de América el mensaje de superación ante la adversidad, mostrado en el ejemplo vivo de cada uno de los participantes de Summit Aconcagua. Felizmente podemos decir: MISIÓN CUMPLIDA!

El horario en el que llegamos a la cima no es el recomendable para una expedición tradicional ya que todo el camino de descenso se realizaría de noche. Pero parece que hoy el destino estaba de nuestro lado y no regaló una gran luna llena que resolvió la falta de luz para el regreso al campamento donde nos encontraremos con nuestros compañeros.

DÍA 14 • 04/03/2018

El Regreso

Todavía no lo podemos creer; llegamos a la cima del Aconcagua, al punto más elevado de la montaña más alta de América y del mundo afuera de Asia. Nuestra misión fue realizada con éxito!! Hoy más que nunca podemos afirmar que no hay imposibles, que siempre se puede y que cuando superamos la adversidad nos volvemos más fuertes, nos tornamos invencibles. Lo primero que me viene a la cabeza es el lema de la Fundación Espartanos, muy bien representada en la montaña por uno de nuestros héroes Ezequiel Baraja: “lo importante no es caerse sino no permanecer caído”.

Como ya les comentamos, llegamos a la cima cuando la luz natural se estaba apagando y no quedaba otra alternativa que hacer el camino de regreso al campamento de noche. Por suerte, o porque el destino así lo quiso, era una noche clara y con una luna llena gigante; eso más las linternas que llevaba cada uno en la frente permitió que pudiéramos ver a dónde pisábamos y seguir el camino de nieve aplastada que habíamos abierto cuando comenzamos la caminata a la cumbre unas cuantas horas atrás.

La caminada de regreso de la cumbre debe realizarse con mucha precaución, estamos muy cansados y tenemos que estar atentos de no sufrir golpes o torceduras que pueden ser graves. Las estadísticas dicen que más del 80% de los accidentes mortales en las montañas ocurren al regreso de la cumbre. En estos casos, los montañistas consumieron toda la energía en llegar a la cima pero se olvidaron que necesitaban reservas para afrontar el camino de vuelta a sus campamentos.

Finalmente, a la 1.30 de la madrugada, llegamos sanos y salvos al campamento de Plaza Cólera donde nos encontramos con nuestros compañeros. Ellos estaban desesperados ya que no tenían ninguna noticia de nosotros. Fue una jornada épica en la cual caminamos un total de 19 horas sin parar a una altitud de ente 6.000 y 6.962 metros de altura. Llegamos atáxicos, extenuados y deshidratados, pero felices de haber llevado el mensaje de superación ante la adversidad al punto más alto de toda América. El objetivo estaba cumplido.

Ya con las primeras luces de la mañana comenzamos el descenso directo a Plaza de Mulas. Seguimos la senda en dirección oeste pasando por un pequeño y angosto sector de escalones rocosos; desde allí continuamos caminando por la senda en diagonal con dirección al campamento de Berlín. Entre todos vamos recordando los diferentes lugares donde estuvimos y todo lo que recorrimos. Luego continuamos el descenso por el mismo camino contemplando una hermosa vista hasta llegar al Campamento de Nido de Cóndores, donde hicimos una pausa para hidratarnos y recargar energías.

Como Silvio Velo estaba realmente exhausto nuestros guías Ulises Corvalán y Guille Fuentes decidieron que ellos se quedarían allí con Silvio mientras que el resto del grupo continuaría el descenso hacia Plaza de Mulas. Llegamos al campamento de Plaza Canadá y seguimos caminando cuesta abajo hasta llegar a Piedras Conway. De allí continuamos nuestra marcha hacia a Plaza de Mulas, el campamento situado en la base del Aconcagua, a 4.350 metros de altura. Lo que nos había demandado 3 días enteros en subir, nos tomó menos de 7 horas en bajar.

En este campamento tendremos un día para descansar y al día siguiente emprenderemos nuestro regreso a Mendoza. Pasaremos nuestra última noche en nuestras tiendas de montaña donde celebraremos con una gran cena entre todo el equipo de Summit Aconcagua y de Grajales Expeditions.

DÍA 15 • 05/03/2018

La vuelta a casa

La caminata por la ruta normal de descenso desde Plaza de Mulas a Horcones nos tomó alrededor de 8 horas. Caminamos por una senda bien visible alejándonos de a poco del campamento base.

Cuando llegamos a la Cuesta Brava efectuamos una breve pausa para descansar e hidratarnos. De allí el recorrido nos condujo por la interminable Playa Ancha hasta terminar en Confluencia, el último campamento a 3.200 metros de altura. Continuando por esta senda llegamos a nuestro destino: la Quebrada de Horcones.

En este punto miramos hacia arriba y vemos el Aconcagua, imponente frente a nosotros; desde aquí vemos la inmensidad de la montaña y ahora sí podemos gritar a los cuatro vientos: Misión Cumplida!!

En la ruta nos estaba esperando un vehículo para llevarnos a Penitentes y luego a la Ciudad de Mendoza. Mañana tomaremos el vuelo de regreso a nuestras casas y volveremos a nuestras rutinas. Qué distinto va a ser todo en la ciudad. Habían pasado tan sólo 19 días desde que salimos de Buenos Aires…y 19 noches, como dice Sabina. Sólo nos queda decir GRACIAS, infinitas GRACIAS.