Tenemos el honor de estar acompañados en este proyecto por Paula (Peque) Pareto, la primera mujer en la historia de la República Argentina en ser campeona olímpica (Judo, Río 2016). La Peque llevará la bandera olímpica de los Juegos de la Juventud Bs. As. 2018 desde la ciudad de Mendoza hasta la base del Aconcagua. Allí permanecerá 5 días compartiendo la experiencia con los demás integrantes del grupo y cuando éstos comiencen la ascensión entregará la bandera a uno de ellos, Fabricio Oberto, quien intentará hacerla flamear en el punto más alto del continente.

Nuestra abanderada ganó todo lo que se propuso: campeonatos Argentinos, Sudamericanos, Panamericanos, Mundiales y Olimpíadas. Además de ser la primer mujer argentina en haber obtenido una medalla de oro olímpica es la primera deportista de nuestro país en ganar dos medallas olímpicas en disciplinas individuales. Sus méritos deportivos fueron reconocidos en el año 2010 cuando ganó el Premio Konex de Platino como mejor deportista destacada de la década 2001-2010.

Antes de obtener las medallas y los trofeos que pusieron a la Argentina en lo más alto del judo mundial tuvo que realizar grandes esfuerzos para poder prepararse para competir. Para ir a entrenar al club Estudiantes de La Plata debía viajar tres horas. Practicaba dos horas a la tarde, y al día siguiente entrenaba otras dos horas, y de nuevo viajaba tres para regresar a su casa. Eso sí, aprovechaba el tiempo de sus viajes estudiando. Lo destacado en su caso fue haber llegado a ser una atleta de élite mientras cursaba exitosamente la carrera de medicina. Se recibió de médica y actualmente ejerce su especialidad, traumatología, en el Hospital de San Isidro. “Siempre es importante estudiar porque te abre la cabeza. Yo quiero transmitir que se puede ir a la par con otra actividad; en mi caso, practicar un deporte tan exigente. Con organización y sacrificio todo se puede”, sostiene esta titán del deporte mundial.

Pareto se ha ganado un lugar en el corazón de los argentinos, tanto por su excelente desempeño dentro del tatami como por los valores de humildad y sacrificio que transmite fuera de las competencias. Aunque ahora disfruta de este increíble presente, tuvo que atravesar una época muy difícil cuando en el año 2011 estuvo a punto de tener que abandonar el deporte debido a una hernia cervical. “Superar lesiones es algo muy importante en un deporte de contacto como éste. Esa fue la forma en que lo encaré, siendo positiva. Pude recuperarme y volver a la meta que tenía”.