Pinky Zuberbuhler se recibió de nutricionista en 1991, en la Escuela de Nutrición de la Universidad de Buenos Aires (UBA). A partir de ese momento no paró de estudiar: nutrición deportiva, mindfulness, inteligencia emocional. Curiosa por naturaleza es una eterna aprendiz, todo la entusiasma.

Sin embargo, en el año 2008, los ataques de pánico se presentaron como una angustia de muerte que, luego de largas noches oscuras, la cambiaron para siempre: su mirada se hizo más profunda y su confianza aún más absoluta en la belleza y perfección de la vida (a pesar de su aparente caos).

Escribió dos libros ("Nutrición del alma” y "Vivir desde el alma") y fundó el centro "Nutrición del Alma". Al principio había actividades vinculadas a la nutrición, pero al poco tiempo creció y se sumaron profesionales dispuestos a ayudar aportando otra mirada a la problemática del sobrepeso. El enfoque del centro es integral: incluye no sólo al cuerpo, sino también mente y espíritu (‪‪www.nutriciondelalma.com.ar‬).

Pinky se define como una enamorada del potencial humano, ése que todos poseemos pero que muchos ignoramos que lo tenemos. Ella insiste en que está en nuestro interior y anima a cada persona a que descubra que somos seres humanos ilimitados con inteligencia y voluntad para lograr lo que nos propongamos.

El deporte siempre la conectó con la naturaleza y con su mente creativa; ha corrido la maratón de New York, el Cruce de los Andes (100 kilómetros entre Chile y Argentina) y el Tetratlón de Chapelco (podio en '95), entre otras competiciones. Además de correr, alienta a sus "paz-sientes" (como cariñosamente los llama) a moverse y salir de su zona de confort.